En Brasil, las cifras relacionadas con robos y hurtos de teléfonos celulares son alarmantes. En 2022, el país registró un aumento de 16,6% respecto al año anterior, sumando casi un millón de incidentes.
Escala creciente de robo de teléfonos celulares
Esto refleja un promedio de 2.738 teléfonos celulares robados por día, o aproximadamente 114 por hora. Estos datos, extraídos del 17º Anuario Brasileño de Seguridad Pública, revelan una tendencia preocupante y un desafío creciente para la seguridad pública.
Ante este escenario, ha surgido una iniciativa legislativa para abordar el problema. El senador Flávio Bolsonaro (PL-RJ) propuso un proyecto de ley que busca endurecer las penas para los delitos de hurto y hurto de celulares. La propuesta prevé un aumento de la pena por robo de hasta 8 años de prisión, con penas aún más severas por robo, de hasta 12 años de prisión. El proyecto, que modifica el Código Penal, tipifica como hurto el robo de teléfonos móviles mediante fraude y abuso de confianza, un cambio significativo en la legislación actual.
Flávio Bolsonaro justifica la medida destacando la realidad actual, donde los teléfonos móviles se han convertido no sólo en dispositivos de comunicación, sino también en herramientas esenciales para las transacciones financieras. Según él, esto atrae a los delincuentes que no sólo atacan el dispositivo en sí, sino también el acceso a los recursos financieros de las víctimas. La propuesta pretende adaptar la legislación penal a la realidad actual, buscando disuadir y sancionar más severamente estas prácticas delictivas.
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Esfuerzos gubernamentales para la prevención y el control
Paralelamente a las medidas legislativas, y como acción complementaria, el gobierno federal lanzó la aplicación “Celular Seguro”. Esta aplicación, desarrollada en estrecha colaboración con la Federación Brasileña de Bancos (Febraban) y la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), se presenta como una herramienta innovadora.
Permite el bloqueo inmediato de líneas telefónicas y dispositivos en casos de robo y hurto. Además, esta iniciativa busca minimizar las pérdidas para las víctimas y, simultáneamente, disuadir la comisión de estos delitos, ofreciendo una respuesta rápida y eficiente.
Por otro lado, las crecientes estadísticas de robos y hurtos de teléfonos celulares en Brasil exigen una respuesta sólida y multifacética. En este contexto, la propuesta legislativa de Flávio Bolsonaro, junto con el lanzamiento de la aplicación “Celular Seguro”, representan pasos significativos en esta dirección.
Además, con estas iniciativas se espera no sólo castigar de manera más efectiva a los infractores, sino también, y quizás más importante, prevenir futuros sucesos y proteger a los ciudadanos brasileños de estos delitos que son cada vez más comunes.