Esta podría ser la SOLUCIÓN para quienes no pueden soltar su celular

 

 

 

 

 

¿No puedes alejarte de tu teléfono celular? ¡Descubre cuál fue la solución para un usuario!

Los teléfonos móviles se han convertido cada vez más en parte de nuestra rutina, tanto para momentos de diversión como para momentos más serios de trabajo, estudios y resolución de problemas. Si bien es muy beneficioso en muchos momentos, usar el celular también puede convertirse en un villano, especialmente cuando el usuario no puede soltarlo, revisando constantemente las redes sociales, notificaciones, noticias y más, incluso en momentos en los que necesita concentrarse.

El uso constante del teléfono celular puede convertirse en una adicción, llamada nomofobia, provocando diversos síntomas en el usuario, como irritación, agitación, ansiedad, pérdida de sueño, falta de interacción social y mucho más, trastocando por completo la vida y reduciendo la productividad.

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Para intentar solucionar el problema y reducir el uso del smartphone, muchos usuarios intentan deshacerse del dispositivo, crear entornos libres de tentaciones, limitar el tiempo frente a la pantalla y otras actitudes que pueden alejarlos del teléfono móvil. Sin embargo, esta no es la solución para todos.

Vea ahora el reporte de un usuario que lo intentó todo, pero no pudo mantenerse alejado del dispositivo, aumentando cada vez más su tiempo de uso.

Anatel SOBE TARIFA de celular: entenda
FOTO: PIXABAY

adicción al teléfono celular

El reportaje está disponible en el sitio web de Fast Company Brasil y muestra la historia de una persona que intentó, a toda costa, reducir su tiempo en su celular. Quería limitar su tiempo frente a la pantalla, creó entornos libres de tentaciones, silenció notificaciones, dejó el dispositivo en modo oscuro, se impuso límites a sí mismo y nada.

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Cada truco utilizado produjo el efecto contrario: un aumento en lugar de una disminución en el deseo de estar con el celular en mano. Años más tarde, se cansó de sus esfuerzos fallidos y decidió probar algo completamente diferente, renunciando a sus límites, permitiéndose pasar el mayor tiempo posible frente a las pantallas a propósito.

Después de eso, reservó tres días e informó a su familia que no estaría disponible. para juegos y conversaciones, ya que pasaría el mayor tiempo posible frente a las pantallas. Durante los tres días, dice que alucinó por el uso de pantallas, leyó y vio diferentes noticias, que eran sus vicio principal, revisó sus correos electrónicos, navegó por Instagram y escuchó cada podcast que le interesaba, aunque fuera lo más mínimo.

Según él, el resultado fue: descubrir que los investigadores tenían razón cuando decían que la sobreestimulación digital mata el sueño, ya que todas las noches se despertaba a las 2:30 am con la mente acelerada. Aprendió que las reglas del consumo excesivo en el mundo analógico no parecen aplicarse al mundo virtual. Según él, si intentas beber, comer o tener relaciones sexuales durante días seguidos, llegarás a un punto de saturación en el que ya no podrás hacerlo.

Sin embargo, esto no funciona en el mundo digital, ya que incluso después de días de pruebas, todavía podía utilizar el teléfono cada vez más.

Lección

Para él, la última lección fue la más sorprendente, porque al permitir en lugar de resistir los deseos digitales, el teléfono celular perdió su sentido de novedad.

Para él, en el mundo digital las recompensas funcionan de otra manera. No obtienes algo predecible, obtienes algo nuevo, una recompensa variable. Cuando abres una red como Facebook, no sabes lo que encontrarás. Cada feed, sitio web o aplicación ofrece multitud de opciones. Y así volvemos una y otra vez, incluso con cosas mejores y más importantes que hacer.

Y es por eso que las restricciones nunca funcionaron, porque no quitan el placer de la novedad, sino que lo amplifican. Según él, pasar días usando impulsivamente su celular funcionó, ya que cuando fue al baño el segundo día no tenía ganas de usar su celular, y esto era algo de todos los días. Al principio pensó que era alguna coincidencia, pero sucedió el otro día.

Para él, llegar al límite acabó con la sensación de novedad, lo que le ayudó a deshacerse del dispositivo.

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