En Brasil, el auge de los teléfonos inteligentes ha traído consigo un preocupante aumento de los casos de ansiedad relacionada con la tecnología. Según una encuesta realizada por la Fundación Getúlio Vargas (FGV), Brasil ya tiene más de un teléfono inteligente por habitante, lo que indica una alta exposición al riesgo de nomofobia. El estudio destaca la importancia de las políticas públicas para hacer frente a los impactos psicológicos de esta nueva realidad.
Conexión y datos globales alarmantes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta del crecimiento de los casos de ansiedad en todo el mundo, muchos de ellos vinculados al uso excesivo de dispositivos móviles. Un informe de la OMS señala que alrededor de 264 millones de personas sufren ansiedad en todo el mundo, lo que la convierte en uno de los principales desafíos de salud mental actuales.
La ansiedad causada por nomofobia no se limita sólo al miedo a quedarse sin Teléfono móvil. Está muy ligado a la necesidad de estar constantemente conectados y al miedo a perderse información o interacciones sociales. Este comportamiento puede conducir a un círculo vicioso de revisar constantemente el dispositivo, exacerbando los síntomas de ansiedad.
Para combatir la nomofobia y la ansiedad relacionada, psicólogos y psiquiatras recomiendan terapias cognitivo-conductuales, que ayudan a modificar patrones de pensamiento y conducta. Además, se ha demostrado que la atención plena y la actividad física regulares son eficaces para reducir el estrés y la ansiedad.
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Promoción del uso saludable de la tecnología
Para prevenir la Nomofobia es imprescindible un cambio cultural en nuestra relación con los smartphones. En primer lugar, iniciativas como la “desconexión digital” sugieren periodos regulares de alejamiento de los dispositivos, con el objetivo de reducir la dependencia tecnológica. Además, estas iniciativas fomentan actividades que promueven el bienestar mental, como leer, practicar meditación o simplemente pasar tiempo con amigos y familiares.
Por otro lado, afrontar los efectos de la Nomofobia en la salud mental no es una tarea aislada; requiere un enfoque colaborativo. Inicialmente, las personas deben reconocer y buscar formas de lidiar con su adicción al teléfono celular. Además, las comunidades y los gobiernos deben actuar juntos, desarrollando estrategias y políticas para combatir este fenómeno. Al abordar este problema emergente con un esfuerzo colectivo, avanzamos hacia una sociedad más consciente y mentalmente equilibrada.